lunes, 11 de marzo de 2013

RESTAURANTES FRANCESES



Francia se distingue en todo el mundo, entre otras cosas, por lo excelso de su gastronomía: sus productos regionales y su amor a la cocina han generado al paso del tiempo numerosos restaurantes a lo largo de todo el territorio francés. Pero hay entre todos ellos, algunos que se distinguen especialmente por su calidad y por elevar la actividad culinaria a verdadero arte.
Entre los restaurantes más destacados encontramos el del Hotel Bristol, en cuyo elegante comedor se sirven creaciones deliciosas y, además, cuenta con una exquisita selección de vinos. Son especialmente celebrados los pasteles, que son un excelente colofón para la buena comida.
Entre lo que no puedes perderte en el Bristol están los muy variados y sabrosos aperitivos. Especialmente, el de rodaballo acompañado de foie gras y col, que es ya famoso entre los comensales de este lugar.
Se dice que este restaurante, que tiene tres estrellas en la guía Michelin, cuenta entre sus clientes al mismísimo presidente francés Nicolás Sarkozy, así como a otras grandes personalidades que se deleitan en sus mesas.
Pasando a la cocina más tradicional, encontramos en Lyon el restaurante Mère Brazier, en el que se puede degustar la sabrosa tradición comenzada por una cocinera muy especial, Eugénie Brazier, quien marcó la cocina francesa y, todavía en vida, pudo recibir la distinción de las tres estrellas con las que su establecimiento cuenta en la guía Michelin.
Pero si de lo que se trata es de cenar en París, nada se compara con la experiencia de una velada en el Jules Verne, el famosísimo restaurante de la Torre Eiffel. Si bien su ubicación basta para llevarlo al éxito, el Jules Verne ofrece una cocina delicada y exquisita.

El restaurante define su propuesta como moderna y plural, ya que busca acercarse al París actual, pero también podemos encontrarnos con platos clásicos de la cocina francesa. Es una cocina bella y sabrosa, en la que se puede apreciar muy bien la calidad de los productos tradicionales franceses. Así, podemos encontrar ahí los grandes vinos y la rica tradición de Francia, siempre bajo la óptica moderna y libre que caracteriza a la cocina del Jules Verne.
Y dejando la capital, encontramos L’Atelier Jean Luc Rabanel en Arles. La cocina genial que se sirve en este lugar se caracteriza por la escasa presencia de carnes en el menú: la naturaleza aparece en los platos de L’Atelier a través de sabores límpidos y aromas profundos. Los platos de Jean Luc Rabanel, muy apreciados en Francia y en todo el mundo, están colmados de flores, de especias, de frutas y vegetales. Como los cuadros que Arles inspiró a Van Gogh, la cocina de L’Atelier está poblada de colores vibrantes y de un espíritu de vida que se respira en cada plato.
En el pueblo de Bouliac, en la región de Bourdeaux, entre los magníficos viñedos que tanta fama le han dado a la región, se encuentra el restaurante Saint James, donde es posible encontrar los vinos más exquisitos de producción local. En los platillos del Saint James hallamos una magistral combinación de sabores típicamente franceses con tradiciones mediterráneas y orientales que dan lugar a creaciones innovadoras y deliciosas.
Y finalmente, volviendo a la capital francesa, no es posible olvidarse de la magia gastronómica del restaurante del Hotel Ritz, L’Espadon. En su hermoso comedor se sirven riquísimos platillos tanto para comenzar el día como para la comida y la cena. Considerada una de las mejores mesas de París, la del Ritz se caracteriza por su inventiva y autenticidad. Además, se puede disfrutar de excelentes vinos, que también le han ganado parte de su merecida fama.
Por supuesto que la cena en cualquiera de estos sitios tan prestigiosos te forzará a romper el cochinito o a firmar un voucher memorable, ya que no son precisamente baratos. Pero a pesar de esto, se han ganado un lugar entre los franceses por lo egregio de sus platillos y por la magia que le brindan a cualquier velada con sus increíbles sabores.







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